martes, 11 de marzo de 2008

EVANGÉLICOS POLÍTICOS: ACÁ Y ALLÁ

Ser evangélico debe comprender una amalgama de practicas (praxis), disímiles pero unidas por creencias cristianas fundamentales (doctrina) y por intereses denominacionales comunes, no obstante, en nuestro país no es así. Parece que ser evangélico es ser Asambleas de Dios, Iglesia de Dios e Iglesia del Evangelio Cuadrangular. Ello es así, porque esa es la definición de los líderes que urgen a que a costo del Estado, se realice una medición mediante el Censo o las Encuestas en los Hogares, que arroje como resultado cual es el porcentaje de la población que es evangélica. Les pregunto: ¿Cuál es la definición de evangélico? ¿Se va a contar a otros grupos distintos de estos tres e incluirlos como evangélicos? Me parece loable el conteo, si fuese desde la perspectiva del trabajo pastoral, de no ser porque sabemos perfectamente que la información persigue motivaciones políticas, abiertamente aceptadas. Mis aprensiones espirituales acerca de saber “lo poderoso que somos” -600 mil dice un apóstol- procede de 1 Crónicas 21 y en ese mismo sentido, la motivación no es correcta.

En los Estados Unidos recientemente el doctor James Dobson líder de Focus on the Family se pronuncia poniendo en duda el conservadurismo de un continuista y panameñizado McCain, pero es seguro que los llamados lideres conservadores apoyarían a un ex-pastor bautista como Huckabee si fuese el candidato republicano. El sub-sistema paralelo que nació con el movimiento a favor de los derechos civiles (Luther King), le permite a la sociedad civil organizada incidir en las decisiones de estado y políticas públicas, entre ellos los Bautistas del Sur, Mayoría Moral y otros organismos que demuestran que contrario a la opinión de C. A. Montaner quien apoya a McCain, Dios si tiene velas –específicamente- en este entierro. Dobson es líder en el tema de la integridad familiar, no es político profesional y jamás dejaría su ministerio para serlo, su voz es escuchada. Mike Huckabee no es pastor en ejercicio y después de serlo fue gobernador, lo que lo impulsa son sus principios. Sin duda, tomando en cuenta el principio de separación de la Iglesia y el estado y la libertad de conciencia, los bautistas han participado durante décadas en el pulseo político y como grupo de presión son efectivos en los temas mas importantes del ciudadano común norteamericano.

El background evangélico en la política acá y allá merece un análisis más sincero que aquel que los políticos de viejo cuño ofrecen. En Panamá yerran aquellos que piensan que eso surge del ser evangélico, como por osmosis, mientras aventuran entrar al ruedo político, además de ignorar que no basta con ser pastor o “apóstol” y que nuestra cultura es diametralmente distinta a la norteamericana, no se percatan que es necesaria la base previa de una identidad con la comunidad, cientos de años de influencia social, y una inequívoca experiencia política. La practica común bautista es no comprometer sus creencias y la institucionalidad de la iglesia con la política o con x candidato. El pulseo y su actuar como grupo de presión se hace a través de organizaciones que tienen toda la credibilidad moral necesaria en la cual participan miembros de la denominación y que inciden con un liderazgo ético y activo en temas sociales específicos. Muchos otros en los E.U. han seguido este modelo no escrito en piedra, pero que si requiere abstenerse de utilizar los pulpitos para vocerías políticas, así como no pueden sus ministros participar como candidatos sin dejar el ejercicio pastoral. Ojala podamos hacer una diferencia ética en esta campaña y aprender de lo quizá sea lo mejor de la política norteamericana y no comprometamos el sagrado nombre de nuestro Dios en vano. (Ver articulo relacionado "El legado de William Penn" en http://panamapolitica.blogspot.com/)

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