lunes, 3 de marzo de 2008

DANGER MAN: GANGSTA CON FLOW NATURAL

“…yo me acuerdo de esos times cuando yo era un liqui buay que limpiaba zapato y cobraba solo un dime (…) ahora `tamos controlando puro tiempo de Al Capone, que llamen a mi cellular phone, por eso digo: El que me respeta, yo lo respeto y el que la rompe con la metra se la meto y después que me vengan a buscar en el guetto, ra, ra, ra, ra…” Guetto Story.

Por respeto a sus familiares, esperaba poder abordar el tema después del funeral. Con asombro he observado como en estos últimos días se habla de Danger Man como si fuera Mahatma Ghandi el profeta de la Paz o la Madre Teresa de Calcuta. No pretendo defender la violencia, por mi formación solo soy un estudioso del guetto, la violencia y la subcultura del crimen como fenómenos sociológicos en su entorno (La Prensa, artículos del 13 de julio y 3 de agosto de 2007), por ello, sé que tratar de definir a Danger tomando en cuenta elementos de yeyesitos y dejando de lado el mensaje en su lirica, para el guetto es faltarle el respeto a su memoria, es romper la “r”. Y es que hablar de Danger es hablar del elogio a la violencia. Sin duda alguna “Que sopa con ese laopecillo” junto a todo su Scaredem Crew, es el climax de su identidad con lo gangsta y lo consagra como el verdadero exponente de ese genero en Panamá. La música de Alonso Blackwood (Q.E.P.D.) es pura en su expresión de la criminalidad, su original estilo ni siquiera puede compararse con el reggae jamaiquino, con los “daddy gampis”, o con el tímido ragga local mal llamado reggae “panameño”. No hay compatibilidad entre el proyectado Alonso, alegre y romántico, según la farsa montada por algunos medios de comunicación, y un Danger ensalzando el crimen, la violencia y el consumo de drogas como lo muestran sus videos “Bienvenido a Bagdad” y “Estoy High”.

Ahora, tal parece que aquel que te amenazaba en sus canciones con desparramarte los sesos por el piso, era un buen hombre y ejemplo para la juventud. ¡Insólito! Según se desprende de declaraciones hechas por sus acólitos y familiares todo eso del “rata tatatata” y “pra” era solo una imagen para mercadear un producto. Peor aún es la repentina “afinidad” post-mortem de algunos candidatos por el guetto, incluyendo ¡la tapa del coco!, un “legislador” propone darle el nombre de Danger Man a un espacio público. Flaco favor le hacen al difunto. En lo particular creo que el man de “la funeraria ya no tiene más carro”, si vivía lo que cantaba. A diferencia de todo el marketing en la industria de la música, un artista gangsta para serlo debe ser genuino, canta lo que predica. El nirvana de todo gangsta es vivir siendo un criminal como Snoop Dog y/o morir como Tupac Shakur. Aconsejo a sus amigos y familiares que no hagan eso ¡no desdibujen la imagen que ya se tiene de él! Eso no es necesario, el daño social colateral ya esta hecho, no solo por Danger sino por muchos que le han precedido. Mayor responsabilidad tienen aquellos medios que modelan esos antivalores, solo Dios puede medir cual es la potencial influencia decadente en los ya de por si, rebeldes adolescentes de barrios marginales como Curundu, San Joaquín o Cerro Cocobolo. Lo que si debe hacerse es leer entre líneas el último mensaje de Alonso a sus creyentes seguidores: A pesar que en nuestro país el crimen si paga, más temprano que tarde te alcanzarán las consecuencias. Mis respetos a quien a diferencia de tantos políticos hipócritas, fue un personaje tan genuino y tan querido por su gente: el artista del guetto, el gangsta con el flow natural. Respect!

No hay comentarios: