CSI PANAMA

Con todo respeto, si uno no tiene nada que decir, mejor no dice nada. Eso es preferible en vez de hablar tanta tontería junta. Esto aplica tanto a las autoridades, como a los medios que deciden hacerle el juego al clásico show policiaco. El 29 de marzo de este año nos conmociono la noticia de un doble homicidio en el exclusivo barrio de Coco del Mar. Acostumbrados ya a tanta violencia y proyectarla, las cámaras enfocaron a dos hombres asesinados dentro de un auto y en cuya ventana lateral derecha, aún tenía la sangre explayada derramándose por el vidrio. Ninguna parte del auto presentaba impactos de bala. Ante esta escena del crimen, ese mismo día los investigadores declararon a los medios que suponían que les habían disparado desde dentro del auto. Dos días después nos desayunamos la gran noticia que las investigaciones indican que el gatillero era un conocido o amigo de los hoy occisos, debido a que –repiten- les dispararon desde adentro del auto. El 3 de abril los CSI locales nos anuncian al tenor de la investigación, que esta refleja que “el crimen fue planificado” -elemental mi querido Horacio- porque los disparos fueron hechos a corta distancia o a quemarropa “lo que hace presumir que el crimen no fue algo casual, sino planificado”.

No soy experto criminalista, pero tengo sentido común y con la observación de los elementos comprensivos se desarrolla una construcción lógica. El elemento obvio a considerar es la escena del crimen. No hacia falta más de 10 minutos de pensamiento profundo para llegar a la conclusión que los disparos se hicieron desde adentro del carro-por alguien conocido de los occisos-y con toda la intención y planificadamente-, punto. Eso pudo haberse dicho el mismo día, sin aspavientos y tanto “drama”. ¿Como es posible que casi una semana ha tomado llegar a estas “importantes” conclusiones, dadas por gotero? Ni hablar que no sabemos quien los mato, la esperanza de que las “cámaras de video vigilancia” resolvieran el crimen se esfumo, pues estas no captaron el momento de la ejecución. Supongo que son las mismas autoridades y los mismos investigadores que resolvieron el crimen de Luis Hermida Madrid, realizado hace un año por sicarios en moto, cerca a la Iglesia del Carmen, a plena luz del día y en frente de medio mundo. Es exactamente el mismo show. Permítanme aconsejarles, den oportunidad a aquellos investigadores experimentados que tienen todo el conocimiento y que no lo han adquirido en “teorías académicas”. Sin duda los experimentados son más acertivos que los diplomados y por otro lado, si no tienen nada mejor que hacer, sugiero que no den entrevistas hasta que hayan dado con los verdaderos responsables de los delitos. No nos entretengan al pueblo con detallitos de flash y camaras, tenemos muchos problemas serios en que pensar, entre ellos, que vamos a comer mañana o si habrán buses para poder ir a trabajar.