miércoles, 31 de octubre de 2007

BAJO PRESIÓN

Si estas buscando empleo, observa la frase “Capacidad de trabajar bajo presión” en casi todos los anuncios clasificados. Tal capacidad se ha convertido en un requisito sine quanon para desempeñar cualquier trabajo, desde Trabajador Manual hasta Ejecutivo Senior. Pocos saben a ciencia cierta que es esa “capacidad” y que implica. La palabra “bajo presión” proviene de la era industrial, de allí que algunos consideran que con capital humano bajo presión, se optimiza la producción. La máxima invención de Watt y Fulton transformaba la energía de una cantidad de vapor de agua en trabajo mecánico o cinético, aunque produciendo ruido, movía barcos, trenes y maquinaria de producción, por lo que esta capacidad es comparable con la máquina de vapor.

No es lo mismo trabajar bajo presión que una relación laboral bajo presión, aunque se tiende a confundirlas. El trabajo de por si trae su propia presión, por ello no debe dispararse la presión en la relación empleador-trabajador y si esto es necesario, entonces ha llegado la hora de reemplazar al trabajador. Lo que realmente el empleador desea es el funcionamiento eficaz de la antigua máquina de vapor, pero sin el ruido. Lo que él exige es el rendimiento sin las consecuencias de los excesos. Es natural que la máquina funcionando como máquina producirá aquel ruido intenso al estar bajo presión, somos seres humanos, de allí que la inteligencia emocional cobre vigencia con los arrolladores sistemas económicos, industriales y gerenciales, globalizados.

Asumamos un caso típico: Pedro siempre ha sido un excelente trabajador, se desempeña como Asistente de Producción y tiene tanto la capacidad para desempeñar su puesto, como la educación y la experiencia. Primero, ha de suponerse que él debe trabajar las 8 horas, pero él trabaja 12 y solo le pagan 8, le dicen que su salario de $ 600.00 es de ejecutivo y por lo tanto no se le pagan horas extras. Segundo, su jefe le ordena le traiga el café, aún habiendo quien desempeña esa honorable labor, aparte de ir a buscar al mediodía el sándwich cubano. Tercero, Pedro es el más cercano al jefe, cuando éste llega de mal humor por cosas fuera del trabajo, dice improperios e insultos relativos a la incapacidad e inutilidad. Cuarto: La olla de presión “revienta”.

Toda acción genera una reacción. Es muy probable que en una discusión no sepamos como responder adecuadamente, y respondamos al impulso, perdiendo contacto con nuestra inteligencia emocional. Las consecuencias de una relación laboral bajo presión son obvias, ambos son seres humanos, pero los efectos en un buen trabajador como Pedro, son desastrosos. Es importante conocer nuestras reacciones cuando estamos estresados, para encausar nuestra reacción en una dirección constructiva. No se pretende reprimirlas pero sí buscar la forma de ser escuchados, siendo tolerantes, pero sobre todo actuando con empatía. Cuesta tener reacciones más apropiadas, pero, lo mejor es respirar hondo y esperar a que sea el momento indicado, cuando exista la oportunidad de aclarar lo que esta sucediendo o hacer valer tus derechos y un trato más humano. No es una broma, lo que ves en el diario es lo que se requiere, si no tienes la “capacidad de trabajar bajo presión”, no tienes el trabajo, o si trabajando, se descubre que no la tienes, lo pierdes. La era de la globalización ha llegado para quedarse, no obstante, los trabajadores no son máquinas, hay que humanizar la gestión con inteligencia emocional.

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