martes, 20 de abril de 2010

¿SE LES FUE LA MANO EN POLLO?

La ley 14 ya sancionada por el Ejecutivo y publicada en Gaceta Oficial, no penaliza la protesta social como algunos han expuesto equívocamente. No criminaliza la protesta, sino penaliza la violencia que siempre ha sido considerada por nuestra legislación como un cáncer social.

Consideramos que no se les fue la mano en pollo, y que dicha ley es un aporte significativo al mantenimiento de la paz social, la protección de los derechos constitucionales y un instrumento legal que contribuye a la erradicación de todas las formas de violencia.

Nuestra sociedad panameña vive inmersa en la violencia, aunado a ello, el clamor de las organizaciones de derechos humanos a nivel global, ha sido la erradicación de la violencia contra la mujer, en el hogar, y en todas sus formas en la sociedad.

Lo cierto es que en medio de los argumentos que se han esgrimido en contra, instrumentos legales como el articulo167-A del Código Penal que penaliza no el cierre de calles per sé, sino LA VIOLENCIA EJERCIDA AL CERRAR LA CALLE, no son nuevos en nuestro país.

Por ejemplo, consciente de un problema social macro, el legislador panameño determino que era equivocada la actitud del Estado de no inmiscuirse en los problemas del hogar, so pretexto de la santidad del hogar y los derechos personalísimos. Siendo la violencia intrafamiliar, y su hija la violencia contra la mujer, en franco aumento y deterioro de la sociedad, el Estado decidió intervenir aún más y deroga la desfasada ley 27 y promulgo la ley 38 del 10 de julio de 2001 que tipifica y penaliza esa violencia

Muchos abogados sostienen “en pelea de marido y mujer nadie se ha de meter”, como argumento durante las audiencias en estos procesos, queriendo resaltar con ello, la no intervención del Estado en la vida familiar. Lo cierto es que la violencia es un problema que nos afecta a todos, a nadie se le ocurriría tacharla de inconstitucional.

Igual de equivocada es la actitud de pedirle al Estado que no se inmiscuya en guardar la vida y bienes de los ciudadanos con respecto a la violencia ejercida en las calles, so pretexto de que se criminaliza la protesta o se coartan derechos. Al respecto, ya el jurisconsulto y constitucionalista Molino Mola ha expresado enfático que “ni es inconstitucional, ni viola los derechos humanos”.

miércoles, 14 de abril de 2010

CIERRE DE CALLES Y SUNTRACS-FRENADESO

La ley que sanciona de 6 meses a 2 años de prisión por la acción del cierre de calles con violencia, no limita al pueblo en su derecho a manifestarse. Se trata de controlar que esas situaciones de violencia promovidas por SUNTRACS-FRENADESO no vuelvan a suceder o que cualquier persona o grupo, afecten los derechos de terceros.

Seguro será un elemento disuasivo para que tales planes de violentar el orden no ocurra y de suceder, se tiene un instrumento legal para proceder en derecho. El pueblo sabe que no tiene nada que temer con respecto a esto, prueba de ello es que no ha afectado para nada la popularidad del presidente.

En razón de ello, debemos aclarar a la ciudadanía, que SUNTRACS-FRENADESO no cree en la democracia. Sus dirigentes no son demócratas ni mucho menos practican la democracia a lo interno de sus organizaciones sindicales ¿Por qué vemos liderar siempre a las mismas personas durante más de 20 años y no hay una renovación de liderazgo joven? ¿Por qué sus supuestas elecciones internas no pasan de ser una escaramuza electorera?

Tirar bloques y sacos de cemento desde un edificio a una altura considerable no te hace precisamente un demócrata, lo que hace es revelar tu grado de desconsideración por la vida humana. Luego reclamaran “derechos humanos” para ellos.

Justamente la interrogante en el pueblo inteligente queda ¿Cómo puede alguien reclamar tanto de la democracia y su ejercicio ciudadano en su discurso y en la práctica está muy lejos de ella? Los planteamientos en boca de sus dirigentes lucen coherentes y firmes, pero el discurso se agota en la propuesta. No se equivoca quien los tilda de FRENALOTODO: No proponen nada porque ese no son sus ideales, su objetivo es la creación del caos y que luego de la lucha armada nazca la revolución socialista.

Qué si el pueblo está de acuerdo o no, les es absolutamente indiferente. Ellos parten del presupuesto que el pueblo es ignorante, al pueblo hay que educarlo en la revolución. Pero ¿De dónde sacan esas ideas tan extrañas? De un libro tan desfasado como el manual “GUERRA DE GUERRILLAS: UN MÉTODO” de ERNESTO “CHÉ” GUEVARA, su verdadero líder a quien honran y veneran. El Ché, quién con su muerte, es considerado un mártir de la revolución, ya tiró la línea, solo hay que obedecer disciplinadamente.

Su pensamiento ideológico reina en la Universidad de Panamá, las tropas de choque son instruidas desde la secundaria por grupos satélites en los colegios como el Instituto Nacional (FER 29), mientras la educación comunitaria de SUNTRACS (con ropaje de sindicato) penetra en las comunidades más pobres.

Así las comunidades tomadas por los precaristas no son espontaneas. Son planificadas y provocadas, se le instruye en tácticas de protesta, luego cerraran las vías principales de acceso reclamando derechos al gobierno de turno, como servicios públicos, calles, agua y luz.

Nadie se da cuenta, el grado de penetración silenciosa del pensamiento marxista en nuestras comunidades, pero no es coincidencia que durante las protestas del gobierno pasado, cerraron hasta 27 importantes puntos del país, causando pérdidas millonarias.

sábado, 10 de abril de 2010

Muere Lech Kaczynsk en espantoso accidente

El presidente polaco, el conservador Lech Kaczynski, fallecido en un accidente aéreo cuando se dirigía a una ceremonia en honor de las víctimas de Katyn, en una superación del pasado con Rusia, había suavizado en los últimos tiempos su perfil de euroescético que sacudió a la UE.
Lech Kaczynski se convirtió en jefe del Estado en 2005, tras una fulgurante carrera en la que formó junto con su hermano gemelo, Jaroslaw, un tándem de gobierno en Polonia.

Kaczynski, de 60 años, perdió la vida al estrellarse el Tupolev 154 en que viajaba junto a su esposa María y una delegación polaca de alto rango en el aeropuerto ruso de Smolensk, desde el que el que debía desplazarse a las celebraciones en memoria de los soldados polacos masacrados por los servicios secretos soviéticos, en Katyn, 70 años atrás.

Kaczynski y el resto de los pasajeros perecieron al incendiarse el aparato cuando tomó tierra en ese aeródromo.

Una fecha de alta simbología en las relaciones entre Varsovia y Moscú, con la que este sábado quería darse un paso adelante hacia la superación del pasado.

Político con mucha experiencia en la lucha por la democracia, pero pocas artes en lo que concierne a la democracia, Lech Kaczynski había suavizado en los últimos tiempos su tono, desde que su hermano Jaroslaw dejó el cargo de primer ministro, en 2007, al ser derrotado por el liberal Donald Tusk.

Juntos, uno en la jefatura del Estado y el otro en el del Gobierno, se ganaron el apodo de azote de la UE, en el periodo en que ambos se repartieron la cúpula del poder en Polonia.

A Jaroslaw se le consideraba el auténtico artífice y versión más radical del partido Ley y Justicia (PiS) con el que Lech llegó a la presidencia en la segunda vuelta de las elecciones que se celebraron el 23 de noviembre de 2005, en las que se impuso sobre Rusk.

Kazcynski representaba la vía del "Estado fuerte", de tónica nacionalista, frente a un Tusk conciliador y europeísta. Jaroslaw se había reservado por entonces la tarea de liderar el partido, mientras que Lech asumió la lucha por la presidencia.

En 1989, cuando por orden de Jaruzelski los representantes del poder se sentaron a negociar la transición con los representantes de la oposición democrática, liderados por Lech Walesa, Kaczynski fue uno de los negociadores más activos en el capítulo relacionado con el restablecimiento de la legalidad del sindicato Solidaridad.
Ya en la democracia y tras el triunfo de Walesa en las elecciones presidenciales de 1990, Kaczynski ocupó la jefatura de la Oficina de Seguridad Nacional adjunta a la Presidencia y más tarde, presidente de la Cámara Suprema de Control (Tribunal de Cuentas).

En 1999 fue nombrado ministro de Justicia por el entonces primer ministro, Jerzy Buzek, y en el 2001 elegido alcalde de Varsovia, cargo que utilizó como trampolín para alcanzar lo que era su principal objetivo, la Jefatura del Estado.

En su campaña presidencial recalcó sus vínculos con la Polonia tradicional y católica confirmada por su actitud intolerante, como alcalde de la capital polaca, ante los homosexuales a quienes prohibió organizar la Marcha de la Igualdad.

Se convirtió luego en factor obstaculizador en la ratificación del Tratado de Lisboa y protagonizó un duro pulso con la canciller Angela Merkel, durante la presidencia de turno alemana de la UE, hasta que finalmente firmó el tratado, el 10 de octubre de 2009 en Varsovia.

El ejercicio de la presidencia, y la desaparición de su gemelo de la vanguardia política, suavizó en los últimos tiempos su perfil respecto a la UE y a la vecina Alemania, salvo puntuales rifirrafes derivados de las nunca totalmente superadas diferencias históricas.

El matrimonio Lech y María Kaczynski deja una hija, Marta.