miércoles, 7 de mayo de 2008

GERALDINE HABLA DE SEXO

Insisto los candidatos deben incluir el tema en el debate político. La prestigiada psicóloga Geraldine Emiliani en su artículo “Una nueva generación en la Policía Nacional", publicado el día domingo 13 de abril en Día D, del Panamá América, opino lo siguiente: “Permitir el ingreso de homosexuales y de tatuados y perforados en una institución que tiene que ver con la seguridad del país, es señal de que habrá que entrar a un debate sin fin. Lo siguiente, no me lo invento ni lo critico. En base a investigaciones y estudios serios se dice que entre los hombres homosexuales se da el mayor número de contactos sexuales posible en comparación con los diversos tipos de parejas. El homosexual no puede desarrollar una conducta sexual normal aunque se lo proponga, puesto que aún logrando realizar actos heterosexuales difícilmente eliminará sus más profundos deseos homosexuales. Las prácticas homosexuales están más vinculadas con la imperiosa necesidad de una descarga sexual que con la libre elección de su objeto amoroso, es decir el comportamiento habitual de ellos y lo que esto implica cuando se encuentran en contacto permanente con grupos con características como la Policía, Ejército, etc. Lo importante es que la persona aprenda a dominar o controlar sus impulsos sexuales para evitar la promiscuidad. En la vida no podemos hacer todo lo que nos apetece. Hacemos lo que hay que hacer, y cuando hay que hacerlo. El apetito sexual no es la suprema norma de conducta. A nuestro instinto sexual le apetecen muchas cosas que no podemos hacer. El apetito hay que subordinarlo a un orden superior. No se trata de poner al apetito sexual una camisa de fuerza, sino de encauzarlo para que cumpla su finalidad. El instinto sexual encauzado es fuente de vida y de amor, pero si se desborda esclaviza al hombre, lo animaliza y lo lleva a las perversiones sexuales más monstruosas. El hombre que sólo ansía sensaciones placenteras, para colmar su ansia de satisfacciones, se convierte en un obseso de acumular placeres de forma egoísta y de tristes consecuencias.
Los orígenes del fenómeno en las personas que se descubren "constitucionalmente" homosexuales, no son del todo claros; hay varias hipótesis. La más plausible indica que si bien puede haber predisposiciones orgánicas y funcionales, el origen más claro se remonta generalmente a una intrincada red de relaciones afectivas y sociales. Han sido estudiados los eventuales factores hereditarios, sociológicos, e incluso hormonales; pero de todos, el más influyente parece ser el clima educativo familiar, especialmente en el período que va de los 6 a los 12 años. El homosexual de nacimiento que domina su tendencia y no es corruptor del ambiente, pervertidor de menores o escandaloso público, no hay por qué considerarlo como peligro social. La peligrosidad social no depende de lo que la persona es, sino de lo que hace. El homosexual de nacimiento es tan responsable de su tendencia, como lo puede ser de su defecto el miope o el tartamudo. Ser comprensivo con los homosexuales, que luchan por dominarse, no es justificar su actuación homosexual. Una cosa es aceptar a la persona, y otra aprobar su comportamiento. El homosexual tiene que dominar su tendencia, lo mismo que el heterosexual, que no puede irse con todas las mujeres que le apetecen. Si el homosexual tiene derecho a vivir como él es, y no como debe ser, lo mismo podríamos decir del ladrón y del asesino. El hombre debe acomodar su conducta a los auténticos valores humanos. Una cosa son los homosexuales y sus derechos civiles como personas y ciudadanos, y otra distinta la aceptación ética y moral de su comportamiento. La moralidad de los actos humanos no depende de mayorías o minorías, de lo que a cada uno apetece o conviene, sino de lo que objetivamente está ordenado por Dios. Una táctica asumida por los movimientos homosexuales es la de culpar de discriminación a cuantos resisten a sus campañas pretendiendo "sexo libre" e igualdad absoluta para aspirar a cualquier cargo o función en la sociedad. Lo que caracteriza al homosexual no es haber tenido más o menos contactos homosexuales, sino la tendencia hacia las personas del mismo sexo y la consiguiente repugnancia hacia la relación heterosexual". ¿Puedo preguntar donde esta la ofensa al catedratico Hernández y compañía limitada? De paso les comento que Geraldine trabajo en la Policía Nacional hace un tiempito atrás, y quedamos sorprendidos de la razón de su salida. Hoy les anuncio la salida de Rolando quién ya renuncio irrevocablemente a su posición de Director. Ya que se dio la vacante, debiera el Señor Presidente considerar el nombramiento de Geraldine Emiliani, como Directora de la PN. A mis lectores GLBT, les prometo que es la penúltima vez que toco el tema gay. Ver artículo relacionado "ROLANDO SE VA, LLEGÓ RONALDO" en http://panamapolitica.blogspot.com/

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