lunes, 2 de junio de 2008

VERGÜENZA NACIONAL

Dolor, luto, consternación. Al mismo tiempo hay un sentimiento mayoritario de vergüenza nacional. La mayoría de los panameños percibe como causales de la innecesaria tragedia a la improvisación, la ineficiencia y la irresponsabilidad de nuestras autoridades. En un canal local, un ya un panel de “expertos” desestimó como lo menos importante la edad del armatoste ¡como si alguno de ellos se atreviera a subirse en una pieza digna de reposar en un museo aeronáutico! Ciertas autoridades panameñas no parecen entender que existen criterios universales de responsabilidad y que en el caso de la tragedia de la aeronave SAN 100 esto va mucho más allá: se trata del mancillado honor nacional a causa de una decisión no solo estúpida sino irresponsable. No entienden, que independientemente de esperar el resultado de una investigación, no importa si fue una falla mecánica, si fue la pieza “Trunnion ASY” solicitada, si fue el fallo del motor como corroboro el propio piloto minutos antes de fallecer, si el helicóptero entro en la “curvatura de la muerte”, que si la pericia del experimentado piloto –nunca pudo ser la falta de ella- o que si el piloto se comunico o no para pedir ayuda –¿Quien puede tener tiempo para manipular una radio en semejante desesperación por salvar la grave situación? ¡Dios Santo! Finalmente, incluyan todas aquellas cosas que el único comunicado oficial tilda de “especulaciones”.

El asunto es que independientemente de una investigación técnica debe ir a la par otra investigación administrativa, porque todo eso de los argumentos técnicos es casi nada en comparación con la situación de quién o quienes con mando y jurisdicción, autorizó, consintió o no hizo nada por evitar que un importante componente de las fuerzas armadas de Chile, incluyendo al Jefe de Carabineros General José Bernales y otros importantes oficiales de nuestra fuerza policial abordaran en masa un helicóptero de casi cuarenta años de uso (1973), utilizado en la Guerra de Vietnam –lo cual significa que cuando Panamá lo obtuvo ya era viejo-, aeronave que ironicamente se apodaba “El Viejo”. De hecho, la distancia entre la ciudad de Colón y Panamá no es tanta, como para no haberlos transportado por tierra con rapidez, seguridad y eficiencia. Solo el pensar que este no es la principal y suficiente razón de responsabilidad a evaluar, independientemente de los detalles mecánicos, es profundamente insano. Todo fue ni más ni menos una espantosa negligencia con mortales consecuencias. Insisto, espero que la investigación llegue y que caiga quien caiga se busque las responsabilidades en donde las hay. Luto y dolor se vive en muchas familias en dos países hermanos, aquí en Panamá se acostumbra a tapar el sol con un dedo y no llamarle NEGLIGENCIA a lo que obviamente lo es. Panamá le debe una explicación a Chile y al mundo. Tenemos que estar claros que en cualquier lugar de esta Aldea Global, los servidores públicos son responsables por lo que hacen y por lo que dejan de hacer. Chile y Panamá entero, dos países hermanos, estamos de luto. Dios bendiga y consuele a chilenos y panameños.

1 comentario:

Rafael Montes Gómez dijo...

!Que ironía! Al vertir por escrito mi opinión sobre la tragedia del SAN 100, algunos funcionarios y acólitos del partido transitorio en el poder, al parecer están profundamente sentidos, lo toman como una ofensa. He sido respetuoso en mi planteamiento y solo he hablado de dos palabras que mucha gente teme: NEGLIGENCIA y RESPONSABILIDAD. Solo he dicho que “todo fue ni más ni menos una espantosa negligencia con mortales consecuencias” y que “se busque las responsabilidades donde las hay”. Creo que no he ofendo a nadie con expresar el sentimiento nacional por la vergüenza que produce la pérdida innecesaria de tan valiosas vidas. Ofensas si son los que han expresado: “la hora de morir es una sola”, “al que le toca le toca”, “fue un simple accidente” o “igual hubieran perecido por tierra”, y es que estos convenientes fatalistas hacen gala de las peores indolencias para justificar lo injustificable, debieran poner atención y considerar su situación espiritual.