sábado, 7 de junio de 2008

MI PARECER DE LA TRAGEDIA

Siendo este un medio balanceado y objetivo, nos pareció necesario contar con una opinión oficial sobre la tragedia del SAN 100, aunque esta no es precisamente “oficial”, el ministro es el primero en ofrecer su punto de vista publicado en La Estrella de Panamá el 6 de junio de 2008 y en el blog del Mercurio de Chile: “La tragedia del accidente de la aeronave del Servicio Aéreo Nacional (SAN 100) nos obliga nuevamente a la reflexión sobre el compromiso con la verdad que garantiza la convivencia ciudadana en una sociedad democrática. En el marco de esa tragedia, me correspondió viajar a Santiago de Chile para expresar las condolencias del gobierno y el pueblo panameño al gobierno y al pueblo chileno por la pérdida en nuestro suelo patrio de tan notables hijos y al lado de los nuestros. Fue estremecedor el dolor de ese pueblo hermano en las ceremonias fúnebres con que despidieron a sus seres queridos, en las que participó casi un cuarto de millón de personas. Y en ese mismo escenario conmovedor y luctuoso hubo también, en todo momento, gestos humanos de comprensión y solidaridad hacia Panamá. Los propios dolientes, cuya pena intentamos mitigar, nos dieron serenidad y nos invitaron a obrar con prudencia mientras los expertos establecen las causas y circunstancias que originaron el fatal accidente. Esa actitud contrasta con los juicios apresurados a que acudieron algunos medios de comunicación en Panamá. Editoriales, noticias y artículos que dieron por ciertas versiones apresuradas sobre muertos y heridos inexistentes; detalles nunca ocurridos sobre el accidente; criterios sobre asuntos técnicos ofrecidos por legos en la materia, como si fueran especialistas; supuestas irregularidades en el mantenimiento de los helicópteros del SAN; la repetición exagerada de imágenes de alto impacto psicológico en la población, y la composición de auténticas tramas noveladas, se sobrepusieron a un tratamiento objetivo de las noticias.
La mejor difusión sobre este lamentable accidente que tanto conmovió a la opinión pública panameña y de Chile, pudo y aún puede alimentarse de información certera, información oportuna, información debidamente certificada por los peritos y por la Junta Investigadora. La objetividad de la entrega de la información fue puesta a prueba en este doloroso momento que vivimos Panamá y Chile. El resultado se ha distanciado del mejor interés público que, en casos como estos, aconseja el concurso de todos para llegar por buen camino al esclarecimiento de los hechos y al hallazgo de un juicio justo de los acontecimientos. No se trata de ocultar la verdad, sino de que aún no la conocemos. En una situación como la ocurrida, el ansia por conocer la verdad debe ser satisfecha más que con la rapidez de la primicia, por la calidad de la certeza. Por eso mismo, no vale la pena correr el riesgo de buscar la verdad en medio del lanzamiento de afirmaciones que no tienen asidero. Lo que se sabe debe ser dicho, y lo que no se sabe debe ser investigado: sólo de esa manera es posible ofrecer una solidaridad sincera a los cuerpos de socorro, y a los que padecen dolor por la pérdida de sus seres queridos, desde una perspectiva de difusión noticiosa y de opinión pública. Aventurar juicios y alimentar rumores, además de sugerir otra serie de hechos nunca ocurridos, no se corresponde con la dignidad inherente a la profesión de comunicador social. Ante lo ocurrido, sólo cabe renovar el llamado a la objetividad, al auto examen, al reconocimiento de nuestras propias equivocaciones, y a construir juntos, mejores opciones en el tratamiento de la información. Esa es la única manera de ofrecerle a nuestro país el beneficio de una sociedad bien informada, y de abrir camino a un futuro en el que Panamá cuente con formadores de opinión superiores a nosotros mismos”.-El autor Daniel Delgado Diamante es ministro de Gobierno y Justicia (ddelgado47@hotmail.com)-. Ver artículo relacionado “EN HONOR A LOS CAÍDOS” en http://panamapolitica.blogspot.com/

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