miércoles, 25 de marzo de 2009

EN BLANCO Y NEGRO

Una buena amiga me vacilo hace poco, muy elegantemente con la edad. Y eso que yo estoy jovencito -no estoy dizque en el cuero-. Es cierto que la alusión a la TV blanco y negro llevara a cualquier cristiano a pensar que soy más viejo que Matusalén o la momia peruana ¡la Dama de Ampato! Aclaro que no tengo nada en contra de lo viejo ni de los viejitos.
Tampoco es que yo sea chapado a la antigua. Lo que sucede es que mi papa tenía un televisor Admiral del año de la pera (tubos y transistores) que pocos años después de la firma de los tratados (1977), aún más allá de 1980, funcionaba perfectamente bien. Quien no recuerda a Yo quiero a Lucy, Los Intocables, Misión Imposible, Mannix, Star Trek, Gomer Pyle y tantos otros en blanco y negro. Después me enteraría que todos eran programas de la productora Desilu, entiéndase el cubano Desi Arnaz y Lucille Ball (Lucy). Todavía extraño esa belleza de aparato y su nítida resolución, tenia su encanto ver en el los clásicos del cine.
Mi padre era una persona muy rígida y muy estricta, no se podía ver TV todo el tiempo o aún cuando uno quisiera, había horarios definidos, como había horas para las lecturas, incluyendo la lectura de la Biblia y oír “obligatoriamente” una estación de radio que se llamaba “La Voz del Istmo”, en otro fabuloso artefacto marca Nivico que tenia un sellito que decía “Solid State”. Ese vetusto aparato que Thomas Edison no soñaría tener y no había que darle vuelta con manivela, pero si colocar la aguja con la mano, contaba con un tocadiscos en el que disfrutábamos de la música que se reproducía de unos discos negros de acetato.
¡Que cd ni que disco compacto, eso si era una ponchera! Como ponchera era escuchar los éxitos de Alvin Lee & Company, Jimmy Hendrix, The Beatles, Grand Funk Railroad, The Who, Credence Clearwater Revival, Iron Butterfly y tantos otros del ayer, que había heredado y que el papel no alcanzaría para hacer la lista. Eso sí, escondido de mi padre hacíamos esas “actividades clandestinas”, cuando el llegaba ya se había cambiado a alabanzas cristianas, porque te ibas a ganar una soberana paliza si te descubría en el “pecado”, escuchando “esa música del infierno”.
Con respecto a la televisión de color llegaría mucho después, cuando todos los vecinos hacían años ya tenían la magia del color... Que porque no escribo de política... Simple, estoy harto del caso Murcia. Aunque estoy seguro que ni Bobby ni Balbina podran salirse de semejante rollo, tan fácilmente. Hay mucho que explicar al país, en blanco y negro... déjense de jueguitos retóricos y de tratar de dorarnos la píldora... (ver artículo relacionado "LA MUERTE DE LA CULTURA" en http://panamapolitica.blogspot.com/).

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