Observamos que lo que ellos pretenden no es tan fácil: se trata de que traguemos sapos, culebras incluidas, que olvidemos que hace tiempo empezaron por atacar a quien identificaron como el enemigo: el candidato panameñista. Su objetivo era simple, rendir y hacer declinar al autentico líder porque necesitan para ganar una gran estructura política a nivel de todo el país.
La estrategia de "character assassination" les ha dado resultado, ya nadie parece recordar que "huesos viejos", "políticos tradicionales", "son más de lo mismo", "gobernaron por 40 años", buscando anular la capacidad política y establecer un escenario antipartido, fue sustituido por "gobernare con los mejores", todo según el libreto: "la propaganda debe etiquetar los acontecimientos y a las personas con frases o consignas distintas".
Ellos saben que las masas son lo importante y no los intelectuales, que el civismo de nuestro pueblo es casi nulo, aunado a ello, nuestra memoria es efímera, colectivamente olvidamos rápido. Razón tiene el antiguo adagio "los pueblos tienen el gobierno que se merecen". En esas circunstancias es fácil equivocarse de Leopoldo en el planteamiento del discurso, así como es muy fácil hablar mal de todo el mundo y luego hacerte la victima porque a los que atacas sistemáticamente para anularlos, luego responden a esa campaña de diatribas, mentiras e insultos. En buen panameño, una pelea que debió ser pareja fue convertida en una "pelea de tigre con burro amarrado".
Ahora bien, responder tarde, también concibe un error fundamental, en política el "momentum" es de suma importancia y no puede pasarse por alto, recuerden que desde el inicio le plantaron una campaña "true lies" comprendiendo que "quién dirige la primera propaganda al mundo siempre tiene la razón". A pocos días de vencer el plazo de la presentación de los candidatos ante el Tribunal Electoral, no nos extrañemos si la dupleta de los partidos oficialistas lloren y pataleen, porque su olfato político les indica que enfrentaran a una imbatible alianza de oposición.
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