viernes, 14 de noviembre de 2008

PURA HIPOCRESÍA

"Noviembre llega, la radio, los diarios y la televisión se llenan de la propaganda estatal. Las campañas públicas contra la violencia anima a las féminas a denunciar tan bochornoso delito -contra ellas y contra la sociedad-. Esto tiene su efecto en un sinnúmero de denuncias contra estos hombres maltratadores, machistas y violentos...". Hace un año escribí lo anterior, hoy el panorama es otro: la ensordecedora propaganda estatal esta dedicada 200% a lavarle la cara a un gobierno en los últimos estertores de su mandato.

No es casualidad que se hayan llevado por calles el énfasis en la violencia y la mujer maltratada, sino que estamos en plena pugna electoral y tal parece que el "fighting" no es solo para el 2009 que seria lo normal. No ¡ya se están peleando quién es quién en el 2014! Hay que reconocer con honestidad que es vergonzoso y escandaloso las millonarias cifras que se utilizan en mejorar la imagen de este gobierno, pero sobretodo, en la imagen del ya futuro candidato Martín Torrijos. ¡Por favor, que uno de estos personajes protagónicos o un periodista intrépido, nos haga el favor con un Hábeas Data! Ojalá el pueblo se enterara de una vez, cómo se "invierten" sus impuestos en estas bellaquerías.

Funciona casi en automático. Aunque es permanente, a cada embestida aumenta el concierto de pautas. "In crescendo". Una vez Juan Carlos Navarro cual lobo herido, comenzó a hablar, se activo el mecanismo y de inmediato la propaganda estatal comenzó a embotarnos para –según ellos- convencernos de las bondades del gobierno perrede y del "ecuánime bonachón" de Martín Torrijos. Ya lo he dicho antes, el asunto es que nosotros tenemos que agradecerles porque hagan su trabajo, porque cumplan como funcionarios públicos, lo que bien se les paga. No hay genio que pueda revertir, no el daño que Navarro le ha hecho a la campaña oficial, sino el daño que se han hecho ellos mismos, con los consabidos efectos colaterales a la figura de Balbina Herrera y a la tan cuidada imagen de Martín Torrijos. Ni aunque traigan al maestro Fulele en sus mejores tiempos, lograrán que Balbina gané en el 2009, mucho menos que lo haga Torrijos en el 2014.

Curioso es, que a ese mismo estilo lo copia uno que todavía no es gobierno, pero quiere ser presidente: gasta millones para vender una imagen que no es la realidad, un espejismo al mejor estilo Martín. Pega bloque, hace mezcla, vende chicha, es chapistero y no suda. Es dueño de 25 supermercados, pero le hecha la culpa a otros de que la comida esta cara. Le preguntó señor: ¿Tenemos nosotros que pagar su fastuosa campaña? Habla mal de todo el mundo, pero participo ampliamente y con beneficio de los gobiernos anteriores y sus decisiones, incluyendo el "partido madre". Cuando todo el andamiaje funciona a base de ese contubernio mediático, no tenemos de otra que concluir que todo lo que se ha vendido como imagen, sea personal, gobierno, partido o candidato, no es real, es pura hipocresía. Afortunadamente… este pueblo no es tonto.

1 comentario:

Yanuly Sanson dijo...

Lo que usted dijo, AL CUADRADO!